viernes, 22 de marzo de 2013

(1) Las viudas de Tarmaso- ÓN Para comprender...

(1) ÓN Para comprender...:

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ÓN
Para comprender Las viudas de Tarmaso debemos tener en cuenta que se trata de
una obra muy antigua que ha llegado a nuestros días a través de una cultura oculta y
perseguida. Los éfires han narrado esta historia desde hace más de dos mil años, cuando
la enorme mayoría de ellos ya vivía. Se trata de un cuento popular de carácter histórico,
transmitido de forma oral, y en el que intervienen, en la mayoría de ocasiones, actores
que amenizan la narración. La estructura que encontramos en este relato recoge esa
esencia teatral y respeta las partes dedicadas a la dramatización. No se corresponde con
el teatro tal y como lo comprende nuestra cultura, sino más bien con una especie de
exposición colectiva en la que la participación del público se vuelve crucial.
En cuanto al trabajo contenido entre estas páginas, es importante remarcar que se
trata de una traducción. Fue especialmente difícil interpretar la lengua primordial de los
éfires y adaptarla al español. Muchas palabras pierden matices indispensables para
comprender la obra en su totalidad. Para paliar esto, se añadieron algunas notas a pie de
página para explicar conceptos importantes y contextualizar algunas partes esenciales.
El resultado es un texto un tanto peculiar, de estructura desconcertante y lenguaje
oscilante, resultado de muchas pruebas y cambios que terminaron por convertir los
párrafos en un verdadero campo de batalla.
La división en escenas y actos respeta la de la obra original. Sin embargo, se
optó por añadir un encabezamiento que presentara cada uno de los pasajes, ya que, si
bien no es algo que se refleje en las representaciones, sí son títulos popularmente
conocidos que sirven para guiar a los espectadores.
Las ilustraciones que acompañan a cada una de las escenas corresponden a
copias de grabados y dibujos que los éfires conservan y que emplean en la exposición
de la obra. Algunos corresponden a reconstrucciones de los antiguos objetos que se
nombran en la historia; otros son interpretaciones gráficas de los sueños que se
describen en el relato (algo a lo que los éfires recurren con mucha frecuencia).
Como puede comprobarse, sería necesario explicar decenas de términos y
nuevos conceptos relacionados con los éfires y su cultura; incluso es más que probable
que el lector que atiende a estas líneas desconozca su existencia. Para él o ella, como
para la gran mayoría, sólo basta decir que ellos ya estaban aquí cuando nosotros, los
humanos, comenzábamos a evolucionar. Son miles los mitos y leyendas que han nacido
alrededor de ellos. Muchos los conocen como magos, otros como dioses, pero nadie
sabe realmente su verdadera historia. Es ahora, en nuestro tiempo, cuando los
acontecimientos los están dando a conocer, cuando la Flor de Iris ha comenzado su gran
cometido. Sin embargo, y pese a todo lo que podría contarse sobre ellos, debemos
respetar su silencio y seguir buscando entre los cuentos e historias fantásticas alguna
pista que nos lleve a su esencia, pues es a través de la imaginación como más fácil
accederemos a ellos.
Por último, es crucial que el lector comprenda que no hay obra éfire que no
esconda misterios, que no guarde secretos entre los paralelismos de su estructura, que
no revele códigos entre las líneas de sus ilustraciones y que no juegue con las palabras
para guiar al espectador a través del laberinto de la mente. El lector debe, pues, buscar
los enigmas de la obra para encontrar su verdadero mensaje, como si de un
rompecabezas se tratase, teniendo siempre en cuenta que los éfires nunca aceptan
desvelar sus arcanos, y si lo hacen en esta ocasión, es para que los que estén preparados
comiencen su particular viaje y encuentren su vínculo con la sutil magia de la vida.

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